sobre mí
beatriz alegría
astróloga
mis raíces
Mi encuentro con la astrología comenzó hace más de 25 años, cuando me adentré en el enfoque psicológico junguiano y la astrología evolutiva. Lo que comenzó como curiosidad se transformó en una brújula personal que me orienta día a día en la comprensión de la complejidad y riqueza del alma humana.
Tras años de aprendizaje autodidacta, he tenido la fortuna de encontrar maestros como Steven Forrest e instituciones como el Kepler College, donde no solo he podido formalizar mis estudios y dar estructura a todo el conocimiento alcanzado, sino también encontrar una familia astrológica donde compartir conocimientos y experiencias.
Y también han sido grandes maestras mi familia Darannur, quienes creyeron en mí cuando yo aún no lo hacía, y todas aquellas personas que han acudido a mí para recibir una lectura de carta astral. Cada una ha abierto la puerta a su mundo interior con generosa confianza, permitiéndome conocer diferentes y bellísimas formas de dar vida a las energías cósmicas.
Todo este camino de aprendizaje me ha llevado a vivir la astrología como una conversación diaria con el cosmos, una forma de entender los ritmos y movimientos de la vida sin perder la libertad de elegir cómo responder a ellos. Cada carta natal es una historia única, y me siento privilegiada de poder acompañar a las personas en el descubrimiento de la suya.
Mi estrella polar
Me enamoré de una astrología que orienta con total libertad para imaginar y elegir los caminos que queremos explorar. Una astrología que, lejos de encerrarnos en descripciones estáticas (lo que yo llamo prejuicios zodiaquistas), nos da las llaves para comprender nuestras dinámicas internas y escribir nuestra propia historia.
¿Quién soy? Soy una y muchas. Quizás ahora mismo me sienta más identificada con la estrella polar que guía mi camino: contribuir a que las personas nos tratemos con amabilidad, unas a otras y también a nosotras mismas, respetando nuestros procesos de vida y tratando de disfrutar lo máximo posible del viaje.
